- Inicio
-
Librería
- Hágalo usted mism@
- Narrativa
- Cuento
- Poesía
- Cocina
- Infantil
- Ilustración
- Arte
- Ensayo
- Filosofía
- Fanzine
-
Editoriales
- Arta
- Adriana Hidalgo
- Limonero
- Pánico el pánico
- Ronda Editorial
- Periplo
- Monoblock
- Imprenta Rescate
- Niño Editor
- Caleta Olivia
- Ripio
- Iván Rosado
- Tenemos las máquinas
- Editorial Trópico
- Odelia
- La parte maldita
- Maten al mensajero
- Ediciones Godot
- Sigilo
- Chai Editora
- Eterna Cadencia
- Concreto
- Las afueras
- Cía. Naviera
- Musarañita
- China Editora
- Blatt & Ríos
- Caballo negro
- Rosa Iceberg
- Caja negra
- Cactus
- Bajo la luna
- FERA
- Marciana
- Santos locos
- añosluz
- Excursiones
- Fiordo
- pequeño editor
- Abre Cultura
- Flanbe
- Alto pogo
- Llantén
- audisea
- Pulpa Books
- Dualidad
- Rara Avis
- Ralenti
- Ediciones UDP
- Editorial Orsai
- Obloshka
- Altamarea
- Evaristo
- Criatura
- Mil Gotas
- Paripé Books
- La bestia equilátera
- Elefante
- Hwarang
- Notanpüan
- Ediciones de la montaña
- Vinilo
- La mariposa y la iguana
- Pólvora
- La pollera
- Ediciones Overol
- Libros del zorro rojo
- Banda propia
- Muñeca de trapo
- Arte a babor
- Alquimia
- Tránsito
- Yuri
- Pinka
- Musaraña
- Lecturita
- Entropía
- Gog & Magog
- Futurock
- La editorial común
- Alias
- Talleres
- Una suerte de librera
- Sobre La Capataza
- Contacto
En Litio, como en las cartas o en muchas canciones de rock, se le habla a otro. Pero sabemos largamente que otro es yo. Si las novelas, y más aún una novela de la poeta Malén Denis, pudieran caber en una sola palabra, diría que se trata de mudanzas. Mudanza como cambio, transformación, adquirir nuevas costumbres, pero también en su acepción más básica, más conocida y usada: cambiar de casa. Mudarse a la casa de otro, acariciar sus mascotas para que esas pieles suaves mitiguen el dolor de que ese otro no esté, el filo amenazante de los vidrios que se rompen, la ropa del otro que constituye un límite y nos hace personas.
Sobre la tensión permanente entre mente y corazón avanza esta novela a la vez transparente y llena de escondites secretos. Casi como la casa que la protagonista habita por pedido, oscilando entre afectos y decisiones.
Todos tenemos una piedrita que horada en el bolsillo, una piedrita en el camino de los vinculos. Piedrita es la palabra que eligieron los griegos (un idioma que Malén maneja bien), para decir litio. El de la poesía es también un lenguaje que Malén maneja bien, el lenguaje de las chicas perdidas y encontradas. En esa química se combustiona Litio, la novela, generando una llama roja cuando se acerca al fuego, una llama blanca si la combustión es violenta y se vuelve cristal, casi fantasmal. Un elemento más liviano que el agua que no deja de ser un metal.
Marina Mariasch
Litio de Malen Denis
En Litio, como en las cartas o en muchas canciones de rock, se le habla a otro. Pero sabemos largamente que otro es yo. Si las novelas, y más aún una novela de la poeta Malén Denis, pudieran caber en una sola palabra, diría que se trata de mudanzas. Mudanza como cambio, transformación, adquirir nuevas costumbres, pero también en su acepción más básica, más conocida y usada: cambiar de casa. Mudarse a la casa de otro, acariciar sus mascotas para que esas pieles suaves mitiguen el dolor de que ese otro no esté, el filo amenazante de los vidrios que se rompen, la ropa del otro que constituye un límite y nos hace personas.
Sobre la tensión permanente entre mente y corazón avanza esta novela a la vez transparente y llena de escondites secretos. Casi como la casa que la protagonista habita por pedido, oscilando entre afectos y decisiones.
Todos tenemos una piedrita que horada en el bolsillo, una piedrita en el camino de los vinculos. Piedrita es la palabra que eligieron los griegos (un idioma que Malén maneja bien), para decir litio. El de la poesía es también un lenguaje que Malén maneja bien, el lenguaje de las chicas perdidas y encontradas. En esa química se combustiona Litio, la novela, generando una llama roja cuando se acerca al fuego, una llama blanca si la combustión es violenta y se vuelve cristal, casi fantasmal. Un elemento más liviano que el agua que no deja de ser un metal.
Marina Mariasch
Productos Relacionados
6 cuotas sin interés de $583,33


3 cuotas sin interés de $1.166,67


24 cuotas con otras tarjetas



















































Débito



Efectivo



Transferencia o déposito

Total: $3.500
A todo el país y al exterior por correo
Escribinos por email para coordinar con más detalles
Hasta 12 cuotas sin interés
Con todas las tarjetas de crédito
Escribinos si tenés alguna duda
A todo el país y al exterior por correo
Escribinos por email para coordinar con más detalles
Hasta 12 cuotas sin interés
Con todas las tarjetas de crédito