La felicidad no es un lugar de Gustavo Yuste
$7.500
Sin stock
Nuestro primer desayuno
Los dos comemos manzanas verdes
y, a pesar del ácido en la lengua,
seguro vamos a acordarnos de esto
como un momento dulce.
Vos mordés la fruta sin miedo,
mientras que yo uso un cuchillo
para evitar el contacto directo.
De algo tan íntimo y superficial
podríamos sacar varias conclusiones,
pero yo elijo solo dos:
tu capacidad de dejar marcas
en las cosas que tocás
y la distancia instintiva
que toma mi cuerpo
de todo lo que me hace bien.